En un mundo acelerado por la IA y saturado de algoritmos y sistemas, el diseño ya no se limita a objetos, se ha vuelto ambiental. Experiencia artificial invita a recorrer islas, ciudades y museos para descubrir cómo las atmósferas invisibles moldean nuestra percepción. Allí surge la figura del diseñador de contextos, un profesional que cultiva sistemas vivos y prototipos que aprenden en tiempo real. La fricción positiva deja de ser un obstáculo y se convierte en un gesto ético y estético. Este libro es una provocación para diseñadores, tecnólogos e innovadores: dejar de buscar certezas, aprender a operar en lo incierto y asumir que cada elección proyectual es política. Un espacio para descubrir, en la colaboración con lo artificial, una nueva forma de ser profundamente humanos.