Cuidado con lo que se desea, parecen advertir estos cuentos, porque los deseos, además de cumplirse, pueden desatar fuerzas asombrosas y extrañas. Los siete relatos de este libro son inolvidables y cada uno logra dejar esa impresión por caminos distintos.
Con una destreza narrativa original y deslumbrante, Salomé Esper sabe jugar por igual con géneros y emociones: provoca una fascinación incómoda en un gran melodrama familiar, el alivio del final feliz en una hermosa comedia costumbrista, el llanto y la risa en un cuento de realismo fantástico, una delicadísima ternura en una fábula para adultos protagonizada por un papá aficionado a la pesca, entre otras sorpresas. Sus personajes, contradictorios y adorables, bastante grises, son seres que esconden su sensibilidad extraordinaria en vidas atrapadas en una trama de vínculos y entornos convencionales: la familia, los amigos, la pareja, el barrio o el club. Hasta que algo inaudito ocurre que los hace brillar o revelar su hilarante oscuridad.
Si con La segunda venida de Hilda Bustamante, su formidable debut como novelista, Salomé Esper demostró que había una gran narradora en la poeta que ya era, en Querer es perder lleva aún más lejos su talento imaginativo, hondo, travieso, y empieza a expandir un universo ficcional a fuerza de belleza formal y una voz enteramente propia.