La revista "¿Bullying? Aprende a jugar para disolver el acoso" de Karla Maldonado C. explora el acoso escolar desde una perspectiva integral, colocando a la familia en el centro del fenómeno. Redefine el bullying como una manifestación de dinámicas familiares disfuncionales que alimentan el acoso entre los niños. La autora sugiere que la violencia en las escuelas refleja el entorno familiar, donde las interacciones entre los padres juegan un papel clave en el comportamiento de los hijos. Según Maldonado, los patrones de dominación y sumisión en los hijos son replicados de las relaciones familiares.
Un punto clave que destaca la autora es que tanto el acosador como la víctima son producto de un sistema más amplio: la estructura y funcionamiento de la familia. El agresor no nace agresivo, su comportamiento está influido por tensiones y problemas no resueltos en casa. La víctima, por otro lado, asume este rol debido a la falta de apoyo y seguridad en su entorno. Ambos roles se gestan en la relación de los padres, quienes a menudo reproducen comportamientos de competencia y rivalidad que los hijos replican en la escuela.
Maldonado propone una solución innovadora: revisar la relación de los padres. Cuando una pareja mejora su relación, crea un entorno amoroso y equilibrado, un modelo saludable para los hijos. En lugar de pelear, los padres deben aprender a "jugar" como equipo, evitando un ambiente de confrontación. Así, los hijos pueden enfrentarse al acoso escolar sin caer en el rol de víctima ni en el de agresor.
Este enfoque se aleja de las estrategias tradicionales, que suelen centrarse en la escuela, e invita a los padres a reflexionar si ellos mismos están inmersos en juegos de lucha y competencia en su relación. Si es así, sugiere que es el momento de cambiar el juego, convivir desde el amor y el apoyo mutuo para que los hijos modelen estas dinámicas.
Además de su análisis, la revista ofrece herramientas prácticas para que los padres apliquen en su vida diaria. Maldonado subraya que no basta con decirles a los hijos que deben ser buenos; los padres deben vivir esos valores en su relación para que los hijos los interioricen. La autora propone actividades para fomentar la unidad familiar y ejercicios de comunicación que ayuden a los padres a negociar pacíficamente.
El concepto del "juego" es esencial en este enfoque. No es algo trivial, sino una metáfora para repensar cómo los padres e hijos se relacionan. Al cambiar las reglas del juego de competencia en el hogar, los padres enseñan a sus hijos a interactuar de manera diferente en el mundo exterior. En lugar de ver las interacciones sociales como luchas de poder, los niños pueden aprender a colaborar, resolver conflictos desde el amor y encontrar soluciones pacíficas al acoso.
Concluye con un mensaje de esperanza: el bullying no tiene por qué ser una constante en la vida de los niños ni en las escuelas. Con trabajo en equipo, respeto mutuo y amor familiar, se puede disolver el acoso desde sus orígenes. La clave está en que los padres cambien sus propios patrones y modelen un comportamiento distinto para sus hijos.
En resumen, "¿Bullying? Aprende a jugar para disolver el acoso" ofrece una propuesta innovadora para combatir el bullying desde el hogar, reconociendo la influencia de las dinámicas familiares en el comportamiento de los niños. Maldonado insta a los padres a asumir la responsabilidad de su relación y trabajar juntos para crear un ambiente amoroso y colaborativo, donde los hijos aprendan a enfrentar conflictos desde el amor y la paz, rompiendo así el ciclo del acoso en sus vidas.