La obra de Mariano Ciafardini es un libro teórico crítico. En este caso, la particular aproximación o lo que genera como novedoso y justifica esta nueva explicación es el objeto mismo, pero sobre todo el método que el autor adopta y que, a la vez, lo define a él mismo como criminólogo materialista, histórico y dialéctico. Esto es, como marxista. El objeto de este libro es la cuestión criminal, analizada en sus efectos materiales y también en sus productos superestructurales. Y el método, por tanto, no puede ser otro que el del materialismo histórico, conjugado dialécticamente en formas interpretativas teóricas diversas (que son las de los pensamientos criminológicos). El libro todo, y no solo el punto de partida, queda mediado por los problemas de periodización y de su justificación teórica o explicativa. Ciafardini explica el surgimiento de distintos institutos y también esquemas de pensamiento criminológico dentro de los períodos dominados por las lógicas del capitalismo comercial (en las que sigue especialmente a Marx), las del imperialismo (Lenin), y los de las difíciles, por estar encima de ellas y no tener perspectiva ni autores claros de referencia, de lo que denomina el globalismo financiero. A su vez, el autor divide esas tres etapas en otras tres, lo que se ajusta mejor con el método dialéctico. Es ese el mayor desafío y propuesta del presente libro. Lo más complejo, interesante e inexplorado, es lo relativo a la globalización contemporánea, definida como tercera etapa del capitalismo (y como etapa final, además). Según la propuesta esperanzada del autor: "el camino es el de apoyar y comprometerse con la participación popular para el tratamiento del problema en cada área, barrio o sector urbano y aun rural. Pero esta participación no puede ser un mero ejercicio de democratismo que legitime políticas represivas o clientelares asumidas desde otros ámbitos, sino que debe estructurarse a partir del objetivo de la profundización de la democracia en todos los niveles, el desarrollo de las formas de presupuesto participativo, de cogobierno municipal y local de control y participación en la administración y distribución de los recursos existentes para la prevención del delito y la violencia (...), y de permanente rendición de cuentas por parte de los niveles de gobierno". Lo que, por cierto, guarda coherencia con toda la producción y las propuestas previas de la historia personal de Mariano Ciafardini. En todo caso, algo debemos hacer. Para saber qué hacer primero hay que pensarlo. Y el aporte de este libro para ello, y para lo que tiene que ver con la contención y disminución de las violencias (al señalar sus peligros), es muy importante. Ante la evidencia de que la estructura socioeconómica capitalista actual, y también los Estados debilitados del presente no podrán superar sanamente la conflictividad inevitable de la postpandemia, nos urge pensar en algo nuevo.