Este libro da cuenta de la instancia penitenciaria con una compilación de artículos que van desde lo genealógico hasta el deber ser del control, pasando por el ser de las cárceles en nuestro margen. Se reflexiona sobre la naturaleza del castigo, sobre sus manifestaciones materiales en la actualidad y, finalmente, realiza una apuesta para el control democrático y jurídico de dichas manifestaciones. También da cuenta de una empresa más amplia, de la cual este libro es la segunda parte de una trilogía destinada a señalar los objetos de atención de una criminología crítica o una disciplina de análisis del sistema penal desplegado o concreto, y que se calificó como "instancias de aplicación del sistema penal". Las tres instancias, "policía, jurisdicción penal y castigo", que se ocupan o entre las que se ha distribuido el sistema penal configurado, son las que se encargan de la denominada criminalización secundaria, y por ello tienen una responsabilidad muy alta en la llamada selectividad del poder punitivo. Es por ello que, de haber sido descuidadas o dadas por naturales en la criminología tradicional se convirtieron en principal objeto de estudio en los pensamientos críticos. Estudiarlas implica, naturalmente, ejercer algún tipo de control sobre dicho poder punitivo.