«En él, todo era paradójico: era introvertido y extrovertido, guapo y deforme, serio y gracioso, derrochador y mezquino, y poseía una inteligencia deslumbrante enjaulada en la magia y la malicia de un niño. [?] Sus pasiones se desarrollaron muy temprano y generaron excitación, melancolía y anticipación ante la pérdida inevitable del "paraíso terrenal". Amó a mujeres y a hombres, necesitó al "otro", fuera quien fuera. Veía un rostro hermoso y se aprestaba a "erigir y arrasar otra Troya".»
Angelical y luciferino, lord Byron fue una suerte de estrella del rock «avant la lettre» y la figura más épica y carismática del Romanticismo. Impetuoso e insaciable, fue revolucionario en lo sexual y en lo político y la personificación de la rebeldía ante cualquier autoridad. Edna O'Brien, la gran escritora irlandesa, narra en estas páginas la novelesca vida de Byron, una vida jalonada por todo tipo de excesos y peripecias, prestando especial atención a las relaciones sentimentales que marcaron al poeta.
«En él, todo era paradójico: era introvertido y extrovertido, guapo y deforme, serio y gracioso, derrochador y mezquino, y poseía una inteligencia deslumbrante enjaulada en la magia y la malicia de un niño. [...] Sus pasiones se desarrollaron muy temprano y generaron excitación, melancolía y anticipación ante la pérdida inevitable del "paraíso terrenal". Amó a mujeres y a hombres, necesitó al "otro", fuera quien fuera. Veía un rostro hermoso y se aprestaba a "erigir y arrasar otra Troya".»
Angelical y luciferino, lord Byron fue una suerte de estrella del rock «avant la lettre» y la figura más épica y carismática del Romanticismo. Impetuoso e insaciable, fue revolucionario en lo sexual y en lo político y la personificación de la rebeldía ante cualquier autoridad. Edna O'Brien, la gran escritora irlandesa, narra en estas páginas la novelesca vida de Byron, una vida jalonada por todo tipo de excesos y peripecias, prestando especial atención a las relaciones sentimentales que marcaron al poeta.