Sabemos quién es el de al lado, pero ¿conocemos realmente quién es? Hay una manera de lograrlo y es a través del método Wilson.
La consonancia empática es lo más difícil de lograr en los grupos humanos. Para que esto ocurra yo debo conocer lo más posible a mi compañero. Esto no es fácil, hay que crear un ámbito de apertura que solo es posible con disparadores adecuados y en el momento indicado. Diseñé este método para que eso se logre y en mis experiencias utilizándolo he logrado resultados increíbles aun en los grupos más cerrados. Este método es un antes y un después en las dinámicas de grupo colectivas. La mirada hacia el otro ya no será la misma una vez que sepamos quién es realmente. Hay un equipo de trabajo hasta acá y habrá otro más fuerte después de atravesar esta experiencia colectiva.