Arvid, un joven ambicioso y bien educado, conoce a Lydia durante unas idílicas vacaciones de verano y se enamora. Su amor perdurará, pero se mantienen separados. El dilema moral de Arvid es la imposibilidad de elegir frente al destino. Así, gracias a un lenguaje preciso y nada retórico, Söderberg crea un suspense psicológico digno de Dostoievski. La ciudad de Estocolmo es una clara protagonista en esta novela. Los detalles de los paisajes en los que se producen los encuentros nos ofrecen un mundo de sensaciones en la capital sueca.-