La idea de escribir sobre las Juventudes Políticas surgió hace unos cuantos años. El motivo era rescatar, al menos en parte, esa experiencia de trabajo conjunto que se dio en los años 70 primero y en los 80 después, pasando por momentos complejos durante la dictadura. Si bien pueden tomarse esos periodos como una continuidad, el accionar juvenil tuvo sus propios tiempos y diferencias en virtud de ambas etapas, complejas en sí mismas pero diferentes en cuanto al contenido de época. La política viene siendo bastardeada desde hace años, muy desprestigiada desde los 90 con el neoliberalismo, la globalización y la pretensión de imponer el discurso único, que fueron letales para la acción política bien entendida. La participación, la movilización y la discusión pretenden ser desterradas por los que sostienen el individualismo y la meritocracia como modelos de la modernidad que los enemigos de la Patria pregonan. Ante ello es preciso levantar bien alto las acciones y experiencias políticas de los diversos sectores populares. Reivindicar la acción de las Juventudes Políticas es reivindicar la mejor manera de hacer política.