Florencio Conde. Escenas de la vida colombiana, novela publicada en 1875, ejemplifica el papel que desempeñó la diversidad étnica en la tradición novelística de las neo-repúblicas hispanoamericanas. Segundo Conde, un esclavo nacido a finales del siglo XVIII, y Florencio, su hijo mestizo, ilustran cómo la consolidación de identidades nacionales pasaba por la construcción de cuadros idealizados del mestizaje. El talento individual y la confianza en una democracia liberal e ilustrada trazan los contornos de estos personajes, que constituyen una misma fórmula de cara a los estertores de la sociedad esclavista y del racismo. Además, la novela deja entrever que el patriarcado es un sistema opresivo que limita aún más a los individuos que la raza. Los que tienen derecho a participar en el proyecto de nación son, por el mérito de su esfuerzo individual, los hombres mestizos, mientras que las mujeres, sean blancas o mestizas (ni hablar de las negras), permanecen relegadas al ámbito de lo privado, sin plena ciudadanía.