En el prologo de sus celebrados Ensayos, que darian nombre a un nuevo genero literario que pronto gozaria de una gran aceptacion en los medios intelectuales europeos como una forma de expresion del pensamiento intermedia, o a caballo, entre la erudicion y la opinion (derivada en algunos casos extremos hacia la pura ficcion, la fabulacion interesada), Michel de Montaigne advertia a sus lectores que el mismo era la materia de su libro. Lo que no era sino una manera de decir que el objeto ultimo de sus reflexiones era la condicion humana en toda su complejidad y mudanza. La materia de este libro, mucho mas modesta, aunque quiza no todos coincidan en la apreciacion, es Espana, o, mejor, las Espanas, si de la geografia y los proyectos politicos pasados y por venir pasamos al terreno de la historia. Porque este es tambien, o sobre todo, un libro de historia. No un libro de investigacion, aunque lo que en el se dice se apoya en los trabajos mas recientes y en lo mas solido del estado actual de la disciplina, ni una obra de sintesis ni mucho menos un manual o un libro de texto (aunque aspire a influir en unos y otros), sino un ensayo, una invitacion a pensar criticamente, historicamente, como nos ensenaron hace tiempo Jaume Vicens Vives y Pierre Vilar la historia de Espana, la historia de las Espanas.